Simplemente
agradecerle infinitamente a mis papás, abuelos, familiares, amigos, compañeros
y profesores que me dieron la posibilidad con diferentes recursos a su alcance
para poder escabullirme, hacer lo imposible, desafiar el tiempo y las
distancias para poder verlo.
Gracias a ustedes,
es el mayor regalo que pude tener.
El 15 de noviembre
de 1998, Boca-Talleres (gol de Guille bailando a seis cordobeses), fue la
primera vez que pisé la
Bombonera junto a papá y el tío Caito.
¿Habrá sido ahí?
Estimo que, en este caso, son amores que curte el tiempo.
Imposible hacer
cuentas entre copa, campeonato y amistosos de los partidos que te vi en cancha.
Mucho menos contar los
desparramos.
Un saludo a los que
quedaron desprotegidos después de esa pisada “abanico”.
Mi más sentido pésame
a ustedes, hijos, que lo padecieron una y otra vez.
Abrazo a los
familiares de aquellos que siguieron la jugada por allá, perdidos en el camino.
Un técnico dentro
de la cancha y una habilidad enorme para hacer jugar sin la pelota.
Había que verlo en vivo,
esa era la cuestión absurdamente distinta a la realidad de la tv.
Los gestos,
movimientos, detalles.
El único tipo que
sabía dónde tocar antes de recibir el cuero.
Siempre jugada
pensada, la magia aparecía cuando se complicaban las cosas.
Yepes y Central,
Palmeiras, Figo y Madrid, Bayer, 2007, riBer, siempre vos, ahí.
Fotos, todas
futbolísticas.
Lo demás, pa la
gilada.
Crecimos juntos.
Desde tu debút, hasta ayer. Ahí, codo a codo.
La seguridad de
viajar a sabiendas que íbamos a tener siempre una.
Los reconocimientos
de los hinchas de fútbol (FÚTBOL), más allá de las camisetas.
Vos viste al Diego,
mis primitos a Messi, yo te vi a vos Juan Román Riquelme.
Y te juro amigo que
no te voy a olvidar nunca.
Juanito ayer, un
tanto angustiado, dijo: “Empieza una nueva etapa”.
Por suerte, vos
fuiste el encargado de cerrar la puerta que se abrió en 1998.
Y gracias, maestro.
El mejor jugador de
la historia del Club Atlético Boca Juniors.
Cuando me muera no
quiero nada de flores, yo quiero un trapo que tenga estos colores.
Tus colores,
nuestros colores.
Hasta siempre,
Diez.
Eze Perín (TEC-2015)